martes, 13 de diciembre de 2011

Algún día de diciembre

Él sale de la casa, de su fortaleza de cemento, al exterior. Necesita respirar; el aire de la montaña le rodea hasta que el frío llega a sus huesos y se queda parado. En una tarde de diciembre, a las 5 el sol empieza a ponerse. Sale esperando casi oscuridad. Pero es como si le quitaran el aire, está en una postal: las nubes descansan en bandas horizontales, cortando el paso a los rayos rosas y naranjas del sol, que chocan contra ellas para crear una puesta de sol esplendorosa. En su cabeza suenan acordes que hacen que se sienta en otro lugar.
Se asoma a la terraza de madera, con una imponente balaustrada. Está unos minutos y decide bajar al lago. Éste se encuentra lleno de las hojas que el otoño ha desechado; nadan bajo los rayos rosas del sol, tranquilas. Saca su pitillera y decide fumarse un cigarro de liar. Pasa el tiempo y ya ni se acuerda de lo que le preocupaba antes de salir de aquella cárcel que él mismo creó años atrás.
Oye un coche a lo lejos y de pronto toda su burbuja estalla dejando al hombre y al cigarro en las orillas de un lago. Reacciona. Sube la escalinata casi corriendo, hasta la puerta de la rutina. Entra. Se vuelve a cerrar la puerta y en ese instante una feroz ráfaga de viento choca contra él. La cortina exterior le impide llevar a cabo su acción de cerrar y él sonríe. "Quieres que me quede, ¿verdad?" Sin poder bajar las comisuras de los labios se esfuerza por cerrar la pesada puerta y lo consigue.
Debe volver al trabajo.

sábado, 18 de junio de 2011

Quiero

Lanzarme al viento, moverme al compás de las alas de los pájaros, dormirme con un atardecer, soñar con estrellas y astros, despertarme con el alba... que el sueño me invada cuando el sol está más alto, respirar aire puro y sentirme en mí misma, como nunca. Volver a soñar, con hojas y plantas, con ríos y lagos. Sonreir. Y vivir en la noche y en el día. Acompañando a los planetas y siguiendo a los insectos. Queriendo querer y amando amar, algo o alguien. Descubriendo qué soy y qué quiero. Nada más que eso. Yo misma. Yo sola frente a todo. Y que me respeten y me quieran por ello, y que no me tomen por lo que no soy.

martes, 22 de marzo de 2011

18.54 de hoy martes

Ha empezado a llover de una manera extrañísima: parece que cada oleada de viento empuje las gotas que están atrapadas en las grises nubes. Es genial. Parece que el cielo esté enfadado con la tierra y la única manera de desfogar su ira sea lanzando pequeñitas cuchillas: gotas finas, heladas, mortales. El viento se oye chocar con la ventana y las gotas han empapado los cristales; la palmera de enfrente creo que va a caerse, de tanto que se bambolea.
Han pasado un par de minutos y lo único que queda son las casas, los jardines y las calles mojadas. Vaya, visto y no visto.
(Escuchando Otherside, de Red Hot Chilli Peppers.)

lunes, 21 de marzo de 2011

Otherside

How long how long will I slide
Separate my side I don’t
I don’t believe it’s bad
Slit my throat
It’s all I ever

I heard your voice through a photograph
I thought it up it brought up the past
Once you know you can never go back
I’ve got to take it on the otherside

Centuries are what it meant to me
A cemetery where I marry the sea
Stranger things could never change my mind
I’ve got to take it on the otherside
Take it on the otherside
Take it on
Take it on

How long how long will I slide
Separate my side I don’t
I don’t believe it’s bad
Slit my throat
It’s all I ever

Pour my life into a paper cup
The ashtray’s full and I’m spillin’ my guts
She wants to know am I still a slut
I’ve got to take it on the otherside

Scarlet starlet and she’s in my bed
A candidate for my soul mate bled
Push the trigger and pull the thread
I’ve got to take it on the otherside
Take it on the otherside
Take it on
Take it on

How long how long will I slide
Separate my side I don’t
I don’t believe it’s bad
Slit my throat
It’s all I ever

Turn me on take me for a hard ride
Burn me out leave me on the otherside
I yell and tell it that
It’s not my friend
I tear it down I tear it down
And then it’s born again

How long how long will I slide
Separate my side I don’t
I don’t believe it’s bad
Slit my throat
It’s all I ever

How long I don’t believe it’s bad
Slit my throat
It’s all I ever




domingo, 13 de marzo de 2011

lunes, 7 de febrero de 2011

En un claro

Estoy en medio de un bosque. Hay mucha claridad, a pesar de que esté anocheciendo. La luz es anaranjada y dorada. Espero. Pero no pasa nada. No sé qué hago aquí y pienso que es una gran tontería, pero cada vez que levanto la vista y veo el cielo me olvido de lo que acabo de pensar, me arrepiento de ser como una persona normal, estar siempre pensando en cosas banales. Me gusta el aire que me da directamente en la cara y me mueve el largo pelo recogido en una alta cola que cae por mi espalda, rozándome los hombros. Empieza a caer una ligera llovizna que empapa mi vestido levemente y me hace sentir más frío del que tengo; pero no me importa -al contrario- pienso que si no sintiera nada sí que no me gustaría, no me sentiría viva y me deprimiría terriblemente. Eso es una cosa que no todo el mundo entiende. Que la gente banal ve raro, diferente. Pero por eso precisamente estoy aquí, acabo de pensar. Porque no quiero acabar como ellos. Nunca, por favor. Esas astillas de la sociedad que se clavan lentamente en todas las personas. Lo único que nos diferencia en ese sentido es que algunos no se dan cuenta de que se las están clavando, otros que deciden no hacerle caso al dolor; luego están los que ven que esas heridas les hacen sangrar demasiado y piensan solamente en que no están hechos para vivir, para sentir, para ser como los demás. Porque todo el mundo siente algo, pero pocos lo muestran y otros pocos ni siquiera son conscientes de lo que sienten -lo ven algo rutinario en su vida- y piensan que no se puede hacer nada para cambiarlo, o no se atreven a hacer nada.

Ya casi es de noche, el tiempo ha pasado demasiado deprisa y me da pena el no haber podido contemplar el panorama; yo siempre con mis paranoias. El cielo empieza a teñirse de azul, un azul oscuro y luminoso al mismo tiempo. La luna -ahí- en una esquina del cuadro, empieza a brillar con su propia luz, una luz blanca que parece lo más puro de este mundo. Eso me hace pensar en otras cosas; de este mundo he dicho, ¿de verdad pienso que hay más mundos? ¿Que sólo nos han permitido pensar que existe el nuestro y sólo el nuestro? Aunque haya personas que siempre piensan más de la cuenta, soñadores que no se sienten comprendidos en esta sociedad la nuestra, nunca llegarán a nada. Deprime pensar esto, pero así es.
¿Y yo? ¿Qué pinto en todo esto?

domingo, 6 de febrero de 2011


-¿Dónde podríamos esperar a las estrellas? Quiero mirarlas.
-Túmbate conmigo. ¿No crees que ya comienza a oler a primavera?
-Sí, parece que el sol nos acariciara con suavidad la piel. Como cuando quieres acariciar a alguien con la yema de los dedos despacito, intentando sacarle las cosquillas.
-Será que el sol también puede sonreír.
-Será que el sol también está enamorado.



miércoles, 26 de enero de 2011

Una vesprada

Una gota va caure sobre el meu ull, em vaig despertar súbitament. En poc temps començà a ploure d’una forma estranya; xicotetes fulles gelades d’aigua travessaren l’atmosfera per caure sobre la meua pell. Em vaig incorporar lentament baix la mirada inquisitiva del meu gos. La terra i les fulles seques dels arbres s’apegaven al meu cos creant-me desgrat però finalment em vaig alçar. Decidí resguardar-me de la pluja, i comencí a córrer pel bosc buscant algun lloc sec. Després de més de mitja hora vaig veure un rafal que podria estar bé. La porta era tancada sense clau, vaig pensar estar-me allí fins que la pluja parés. Dins del rafal era fosc, però abans de fer res em vaig passar la ma pel pèl per llevar-li l’aigua.
-Hola.
Quasi em dona un infart, hi havia un altra persona al rafal, asseguda en una cadira, al racó més fosc.
-Hola, espere no molestar. Estava pel bosc quan m’ha agafat la pluja.
-Aquest rafal tampoc és meu. Jo hi era arreplegant uns quants bolets i de sobte començà a ploure.
Crec que em somreia, però no és segur. El rafal no era molt gran, només tenia quatre parets i dues finestres, una al costat de la porta i l’altra al sostre, no molt grans cap d’elles. Hi havia un parell de cadires, una taula de fusta al cantó contrari on era aquesta persona i un munt de ferramentes per tallar troncs. També hi havia una prestatgeria amb tot tipus de trastets. Vaig agafar la cadira lliure i vaig seure al costat de la taula.
-Cóm es diu, el teu gos?
-Neó. Perquè el vaig trobar baix la llum del neó d’un passadís d’eixos subterranis que hi ha per la ciutat.
-Ah, bonica història. – Li donava igual, però podria haver-ho amagat un poc – Jo pense que tindre gossos no està bé, què pensaries si ara algú agafés una corretja i t’obligués a portar-la?
-És diferent. Jo cuide del meu gos, li done de menjar i un lloc còmode on poder dormir. A més, l’estime i m’estima, som amics.
-No sé, no sé... A què et dediques? Fas alguna cosa?
-Clar, - no volia que em donés tanta conversa, ni li havia vist la cara – treballe a una oficina, al centre de la ciutat.
-A la capital? I què fas per ací?
Vaig quedar-me en silenci.
-Disculpa, no volia ficar-me on no me criden.
-No, no passa res. Es que són assumptes familiars. – Més silenci – Què ràpid que es fa fosc, eh. No fa ni una hora que brillava el sol.
-Ja. Cada vegada són més curts els dies.
-És una pena. Saps el que és una vertadera llàstima? Aquesta idea de vida a la que vivim.
Ho vaig dir de mala manera, no tenia res que veure amb la conversa banal que portàvem, però al dir-ho em sentí millor. Com no va contestar, vaig continuar dient:
-Si ho penses som dues persones que per una casualitat han coincidit a un rafal durant una vesprada qualsevol. No et conec, no em coneixes. I eixa raó és la que ens fa desconfiar als dos de l’altre. Si som animals, si som els producte de la naturalesa, no creus que les persones haurien de ser millor amb els altres?
És possible que sigues una persona perillosa, jo no ho puc saber, però no et pareix curiós la forma d’actuar d’alguns amb altres?
Hi hagué un silenci un poc incòmode, al qual vaig sentir la part ridícula de la situació. Gràcies a alguna cosa, no durà molt.
-Posant-te un exemple, no és que m’interesse massa, desconfies de mi i per això no has volgut contar-me per què estàs ací. – Ho sé, per això m’ha vingut açò a la ment, vaig pensar. Continuà – Que ja et dic que realment era per donar un poc de conversa.
-Sí, sí... és que ja es massa dur per suportar-ho jo, així que contar-ho no em faria passar una bona estona.
-Ah... Saps una cosa? També pense el que duis, hem viscut a una idea estranya de vida, vull dir que la gent el que busca es el mateix, sense adonar-se que mentre ho busquen els anys passen junt amb les oportunitats d’ésser feliç. I és a causa d’eixa idea que ens fiquen al cap des de xicotets. Si tingués un fill mai li faria creure que la vida que porta no és la correcta.
-Gent que sempre està: no faces allò, no digues açò... És a dir, hi ha que explicar-li que la seua llibertat acaba on comença la dels altres.
-Sí. Exacte. – contestà.
-Però no només em referia a això.
-Ja, però això és el que més em fa enfadar a mi.
-Ja, però parlem de tu o de mi? – vaig dir fent un gest de excessiva superioritat mentre obria la boca amb falsa indignació.
Va riure. Quin riure més natural i benvingut, en aquesta plujosa i obscura vesprada. Em vaig ajuntar amb les seues riallades. Els dos somrigueren, ens miràrem encara que no ens vérem. En eixe moment un rellamp travessà el cel, durant un segon interminable la llum blanca inundà l’habitació. Ens quedàrem parats, sense saber què dir o com reaccionar. Estava somrient encara, mostrant les seues perfectes dents. El cap recolzat contra la paret, les cames creuades pels turmells, i portava una caixa entre les mans. Aquell segon interminable acabà.
-Què portes a la caixa?
-Coses.
-Clar, la desconfiança...
Somrigué.
-Son els bolets que he arreplegat abans. Per què estàs per aquesta zona?
-Ha mort el meu pare.
-Ho sent.
-Més ho sent jo, però així és la vida, no? A la fi només ens queda la mort. - Em vaig quedar absent, i amb el silenci m’adoní d’una cosa - Escolta, ha parat de ploure. Jo ara no vaig a eixir pel bosc, que és molt fosc. Em quedaré ací fins que hi faça sol.
-D’acord.
-Què vas a fer tu?
-No ho sé. Segurament el mateix.
Va passar una llarga estona, en la qual Neó es quedà adormit i els dos vam poder escoltar bufits concordes amb els seus malsons.
-Ho he pensat, – va començar a dir – me’n vaig.
-Et tornaré a veure altra vegada?
-No ho sé. Voldries veure’m altra vegada?
-Sí.
-Doncs sí.
Agafà la seua caixa amb bolets i se n’eixí del rafal.
No sé si me’l vaig imaginar, però juraria que junt la ràfega que va deixar amb la seua olor vaig notar com passà la molla del seu dit pel meu braç. Després de las seua eixida, tot es quedà parat i em sentí a soles. Vaig alçar el cap cap a la finestreta i vaig veure la lluna blanca i tranquil•la al cel.

domingo, 14 de noviembre de 2010

De hace un año y todo igual

Hablar de algo ordinario no se me da bien pero, como a la mayoría, siempre me aparecen ideas sobre la diferenciación, el estado en el que te das cuenta de que no perteneces a nada y nada te pertenece a ti. Demasiado común entre las personas…

Lo que veo no es real. Estoy en medio de un espacio normal, en el que ciertas gentes saben cómo hacerlo especial para ellas mismas. Hace frío y mi chaqueta es mínima frente al viento. Estoy varios minutos inmóvil, miro los árboles y pantas que crecen bajo mis pies. Una ráfaga de viento hace que levante muy lentamente la mirada hacia el cielo: unas nubes grises se mueven rápido, junto al viento, sobre el mar de nubes blancas que nos esconden del Sol.

Pequeñas cuchillas heladas de agua atraviesan la atmósfera para caer sobre mi cara, hacen que me sobresalte y frunza el ceño -sonrío y cojo la más grande bocanada de aire que me permitan mis pulmones- . En qué mundo vivimos, donde uno puede estar aislado junto a personas que no te miran. Eso me hace parar: si ahora me pusiera a correr por la calle, correr hasta llegar a ningún destino, realmente ¿quién se daría cuenta? Familia, amigos… ¿qué es eso frente a la capacidad de sentirse uno mismo? ¿Importamos o importan en este plano que es nuestra vida?

Súbitamente me doy cuenta de una cosa y me alegro mucho, es lo único feliz que he oído en toda la semana. Ahí está, el único a quien le importo, comiendo tranquilamente, sin saber que es mi motivo de infinitas cavilaciones sobre la gente, tan inocente como inferior. Hermoso, ¿cierto? Es triste que piense esto y a veces me arrepiento de lo mucho que menosprecio algunas cosas, pero éstas no han hecho nada para que las quiera. ¿Por qué hay gente que tan fácilmente siente aprecio por casi todo? Hago muchas preguntas y nadie me contesta, nadie quiere contestarme, ¿a quién le gustaría saber que no es querido?

Si vivimos en un mundo lleno de engaños, malas intenciones, y de intereses ocultos, si eso es la realidad ¿qué nos queda? Sinceramente, si lo piensas en conjunto, es demasiado irreal. Esto podría decirse que es la irrealidad de la realidad. Extraño pero para algunos cierto. Aunque prefiero vivir en la realidad de mi irrealidad. Donde yo pongo los nombres, las etiquetas, y si quieres puedes pedir permiso para entrar, donde serás bien recibido porque te veré como quiero verte, y justo ahí estarás.

Entro en el hogar. Lo único que siento es una frialdad tan lejana como cercana; se acerca llevando consigo un cristal que no entiendo de qué está hecho hasta que queda frente a mí. Mis propios prejuicios se agolpan creando una pared y a través de pequeños resquicios puedo ver como avanzáis sobre los pasos, sobre el tiempo y sobre las emociones.

Y justo en ese momento alguien se gira y me mira a través de todo, su mirada me transmite ánimos, pero es cuando cierro los ojos y me dejo llevar por la lluvia que me cae en la cara.

martes, 12 de octubre de 2010

¿A dónde llegará?

(En construcción.)